El éxito del fracaso.

Tenía la enorme duda o sospecha de como me iba a afectar o cambiar mi imagen por la forma en que uno se rasura el cabello.

Tengo años ocupando una máquina que deja casi sin pelo, o sea un corte al ras muy corto, pero todavía así es pelo que en pocos días se nota su presencia.

El siguiente paso era hacer lo que ya muchos hacen o sea no dejar ni el mas mínimo corte, sino lo mas limpio posible comparable incluso con la barba, pero para ello lo necesario es la misma hoja afeitar.

Tenía muy en mente que se notaría mucho el cambio de tener cabello muy corto a no tener nada, y que con ello se hicieran exclamos de sorpresa.

Así que par no tener errores o detalle sin supervisar se me ocurrió preguntar a alguien que tiene ya años experiencia con este tipo corte o rasurado. Y como era de esperar nada tiene truco, todo es lo mas normal del mundo, solo usar la mejor cuchilla afeitado.

No pasó mucho tiempo después de recibir tan simple consejo, procedí de una vez a dejar la máquina y comencé a usar solo la de afeitarse. Incluso pensé que llevaría más tiempo pero todo fue breve, ni la cabeza es tan grande ni hace falta pasar tantas veces. Se comenzaba a notar un poco la diferencia de tacto o contacto con la mano pero tampoco nada nuevo de otro mundo, solo algo digamos más cercano.

Lo mismo que uno tiene idea de que cambia mucho de imagen no quise dar mucho caso a las reacciones que sucedieran, empezando en casa con familia. Ahí el primer paso fue absoluto silencio, nadie dijo nada, sospecho vieron pero “ya que decir” si esta todo dicho.

En la calle solo fui rápido a oficina, en donde solo somos tres individuos mas, y no siendo familia pero otra vez siendo tan pocos reaccionaron igual, con o sin fijarse la cabeza es la misma, nada nuevo bajo el sol.

No se si busqué todavía alguna otra posible reacción en la calle, que se viera mas la piel, el tope rasurado de cabeza. Lo mismo que a partir del primer día usé siempre en todos los días lo mismo que el jabón pues la cuchilla afeitadora para mantener siempre tanto barba como cabeza al mínimo. Se convertía así en un simple juego de actividades sanitarias que bien sirve como para romper rutina y cuidado diario.

Pero seguimos igual, nadie nadie dijo nada nada de nada por nada. Ahora la duda era peor que antes, ¿se notará realmente que ando con muy diferente rasurado de cabeza?

O es que ya la moda, la tendencia, los tiempos, la imagen común y todo lo que implica el ver tantos con cabeza limpia es ya solo un +1 de lo que pensamos y asimilamos.

Por eso lo llamo más el súper éxito del fracaso en cambio de imagen, a tanto cabello corto que rasurarse es lo mismo de lo mismo visto por fuera, pero no visto por dentro, me pongo pues en la piel de ellas cuando dicen, reclaman y preguntan “¿Sientes algo diferente?” #pueseso