Volver a nacer.

¿Será que ahora tenemos la excelente oportunidad de considerar muchas cosas a fin de aprovechar la crisis y sobre todo las enormes consecuencias todavía a recuperar por lo que implicó para todo el mundo el COVID-19 coronavirus?

Es enorme la duda o intriga que se nos presenta en pleno pico de infecciones, muertes y contagios inevitables. Algunos resisten y otros caen con la más mínima alteración, solo las estadísticas con el tiempo acabará no solo de aportar sino de corroborar esos menores datos pero claves en que unas personas si persisten y otras no.

Esto es solo a nivel físico conceptual, cuando la idea o reto final es contemplarlo a nivel grupal, mejor dicho social y organizacional. Unas reglas hasta ahora casi indiscutibles por los resultados de los años y generaciones anteriores, pero puede ser o representar un punto partida o un despertar no solo de nuevos análisis sino incluso de nuevos conceptos y bases por los que conformarse.

Sospecho que a fin de cuentas siempre hay y habrá una fábrica de empresas, estrategias y mecanismos para hacernos olvidar lo más pronto posible y sobre todo lo más eficazmente posible no solo lo que sucedió sino mas mejor los que se llevó y lo que podría haber cambiado, pero no se cambió nada, con la pandemia de la epidemia invisible.

La naturaleza tiene su leyes que a veces puede presentarse como crueles, pero es tan “implícita” a su propia condición y meta final sobre la supervivencia que nada puede contraponer ni menos contradecir. Lo que ayer era nacer hoy es morir para mañana volver a nacer y proseguir cíclicamente y ojalá crónicamente.