El filántropo argentino y reconocido amante de la milanesa napolitana, Sigifredo Sternstaub, publicó en octubre de 1667 un enunciado sobre la Teoría unificadora del comportamiento del drofto en condiciones de homogeneidad acústica. Teoría que lo llevó a la fama y a ganarse un lugar entre la comunidad científica de la época.
Desde aquel momento a la fecha, la vida de miles de personas ha sido impactada por las implicaciones de la Teoría. Sociólogos y pensadores de todo al mundo han concluido una y otra vez que “los aportes de Sternstaub a la filosofía, las matemáticas, la poesía y la aeronáutica nos han hecho una humanidad razonablemente más avanzada y preparada para una felicidad duradera” (rv. Palermo, 1998, ad. 7).
Hoy, 350 años más tarde, se ha demostrado que Sternstaub estaba equivocado.